lunes, 15 de diciembre de 2008

Confucio, "Analectas"

Libro XIII, 3

Zîlù dijo: "El soberano de Wèi ha estado esperándoos, Maestro, para que ordenarais el gobierno. ¿Qué es lo primero que habrá que hacer?".

Confucio respondió: "Lo que hace falta es rectificar los nombres".

Zîlù dijo: "¿De veras? Maestro, ¿no estáis tal vez perdiéndoos un poco? ¿Cuál es la razón de semejante rectificación?".

Confucio dijo: "¡Qué burdo eres! El hombre superior es cauto con lo que no sabe.

"Si los nombres no son correctos, las palabras no se ajustarán a lo que representan; y si las palabras no se ajustan a lo que representan, los asuntos no se realizarán.

"Si los asuntos no se terminan, no prosperarán ni los ritos ni la música. Si la música y los ritos no se desarrollan, no se aplicarán con justicia penas y castigos, y si no se aplican penas y castigos con justicia, el pueblo no sabrá cómo obrar.

"En consecuencia, el hombre superior precisa que los nombres se acomoden a los significados y que los significados se ajusten a los hechos. En las palabras del hombre superior no debe haber nada impropio."

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